Moraima Gutiérrez: “No creo en los premios a capricho”

Jairo Márquez Lugo | Foto: Juan José Lugo | Entre Socios

La “Tía Mora” -como también es conocida esta comunicadora social- tiene casi tres décadas exaltando los ritmos tradicionales venezolanos, en especial el pascuero. Su exquisita voz armoniza melodías a través de las emisoras Tu FM 90.9 y LUZ Radio. Pocas, como ella, se dedican a la gaita como fuente de información. Alerta sobre la falta de profesionalismo en el gremio: “Hoy en día, cualquier persona sin haber aprobado un curso o haber ido a la universidad tiene un programa en los medios”.

Tras haber conducido espacios radiales como “Latinoamérica, cóndores turpiales”, “Noche de Gaita”, “Gaita en estéreo”, “La Venezuela que debemos conservar”, “Gaiteando con Moraima y Chavín”, “Sabor gaitero”, “Arriba Venezuela”, “Gaitas en LUZ” y “La gaita antañona”, en diferentes estaciones de AM y FM a lo largo de casi tres décadas, Moraima Gutiérrez Ferrer se ha convertido en toda una autoridad en materia de ritmo pascuero.

Esta locutora y comunicadora social egresada de LUZ en 1987, en la mención Periodismo Audiovisual, posee una amplia y reconocida trayectoria que ha procurado siempre la difusión de los géneros musicales venezolanos, en especial la gaita zuliana.

Su armoniosa voz se escucha de lunes a viernes en los programas “Huele a Navidad”, a través de Tu FM 90.9 FM (6:00 a 8:00 de la mañana), y “Al Son de Tía Mora”, en LUZ Radio 102.9 FM (10:00 a 11:00 de la mañana). Pertenece al equipo de producción de la emisora de nuestra principal alma máter.

- Si te dijeran “la dama del periodismo gaitero”, ¿qué responderías? ¿Lo asumirías en señal de justicia con tu trayectoria?

No soy muy amiga de los calificativos ni de los títulos, y a algunos les pudiera resultar hasta pedante, pero realmente somos muy pocas las comunicadoras sociales egresadas de una casa de estudios superiores que se dedica a la gaita como fuente de información.

- Detrás del epíteto “Tía Mora” debe haber una historia que, de seguro, no todos conocen. ¿Cuál es?

En 1997 recibí la propuesta se sumarme al equipo del programa “La Gaita Antañona”, en la desaparecida emisora Zuliana 102 FM. Reinaldo Cubillán, su productor general, pidió que se me grabara un tip de presentación: “La chica de la gaita”. Al “parroquiano” Astolfo Romero no le cuadró mucho, porque decía que sonaba muy frívolo y distante y, según sus palabras, mi trato con el equipo y los oyentes era espontáneo y familiar. Ya él había identificado a Reinaldo como “Tío Cubi” y a Humberto Rodriguez le decíamos “Mamaota”, entonces determinó que yo fuera la “Tía Mora”.

- ¿Podría considerarse a la gaita como una fuente periodística en sí, dada su complejidad? ¿Cuánto hay que saber del ritmo pascuero para sentarse con autoridad frente a un micrófono o unas cámaras? ¿Qué opinión te merece el trabajo de algunos colegas?

La gaita, como manifestación musical de todo un pueblo, produce cada año mucho material informativo. Es una fuente muy rica que nos permite adentrarnos en las raíces y esencia de nuestra tierra. El creador gaitero ha abordado desde su verbo más sencillo y sus contagiosas armonías todas las temáticas posibles; de allí que la gaita sea contestataria, devocional, fiestera y hasta romántica o novelesca.

Lamentablemente muchos colegas no se preparan lo suficiente para producir sus espacios de radio y TV. No investigan sobre la vida, trayectoria y logros de nuestros cultores. Hace falta dar continuidad a la propuesta de “Mamaota” -cronista natural de la gaita- de editar textos de consulta para que las nuevas generaciones de locutores se formen con mayor propiedad y compartan esos conocimientos con sus audiencias. Hoy en día, cualquier persona sin haber aprobado un curso o haber ido a la universidad tiene un programa en los medios.

- Refieren por allí que la vida no te dio voz para cantar gaitas, pero sí para pregonarlas a través del periodismo. ¿Es así o has ensayado alguna vez tras bastidores? ¿Te escucharemos alguna vez?

(Risas) Sí canto, pero en mi casa, y a mis hijas solía cantarles mientras eran unas bebés. Hace años grabé dos líneas en una gaita del compositor Ernesto Pulgar Soto (ya fallecido), pero realmente no manejo ni la técnica ni las herramientas para hacerlo profesionalmente. Zapatero a sus zapatos…

- En lo personal, ¿te gusta más la gaita de otrora que la actual? ¿Extrañas la gaita protesta, la de instrumentos básicos, la menos tecnificada, o no eres nostálgica en ese sentido?

Cada década ha tenido sus momentos de gloria. Soy muy respetuosa del trabajo de cada conjunto, pero por supuesto que tengo preferidos y gaitas que aprecio más que a otras. Todo depende de la letra, la música, el intérprete, los arreglos, el acompañamiento…

Me inclino por piezas de Luis Ferrer, Renato Aguirre, Rafael Rodríguez, Heriberto Molina, Humberto Rodríguez, Ana Stael, Elías Hernández, Omar Paz, Carlos Luis González, Argenis Sánchez y Neguito Borjas, pero también creo en la generación de relevo y le doy mi voto de confianza. En mis espacios siempre suenan los niños y jóvenes.

- Se te conoce por tu perfecta dicción y adecuada entonación, lo cual desencaja un poco con el lenguaje coloquial marabino. ¿Cómo manejas esa contradicción al desenvolverte en diferentes escenarios?

Se puede ser coloquial, dicharachero y jocoso sin caer en frases de mal gusto. No tengo que ser vulgar ni chabacana para ganar sintonía. Tampoco me gusta abusar de la risa ni justifico el uso excesivo de las frases en doble sentido que algunos colegas emplean constantemente. Esas frases las han convertido prácticamente en sus muletillas, pero a mí no me agradan… No van conmigo.

Mi desempeño frente a los micrófonos se lo debo a los profesores que tuve: Galba Fernández (guionista y productor), Gonzalo González Colina (abogado y locutor), Nectario Machado Márquez (técnico de grabación) y Rosa María Salom (profesora de LUZ), así como también a excelentes y veteranos profesionales del oficio con los que he podido compartir gratos momentos como Chavín, Rómulo Semprún, Orlis Viloria, José Bonacía, Odixa Velásquez, Mercy Gallardo, Williams Reyes, Rogelio Montes, Marlene Ruido y Betty Alvarado, por citar sólo a algunos.

- Recientemente recibiste una distinción denominada “La Ciudad Más Bella”, por parte de la Alcaldía de Maracaibo, en el marco del Día del Gaitero. ¿Lo piensas antes de aceptar un reconocimiento de un organismo público o simplemente manifiestas tu gratitud?

Los reconocimientos de esta índole representan la opinión de mucha gente. Cuando una institución los confiere se supone que previamente fue realizada una consulta. No creo en los premios a capricho. Yo he recibido de la Alcaldía, Gobernación, Universidad del Zulia, URBE, Cervecería Regional, así como otros ya establecidos en el ámbito artístico zuliano. Todos los recibo con el compromiso de no decepcionarlos con mi trabajo diario frente a los micrófonos.

- Fueron varios, al parecer, los trabajadores despedidos de la Fundación para la Academia de la Gaita del estado Zulia (Fundagraez) –incluyéndote-, tras llegar al poder la nueva gestión del Gobierno regional. ¿Cómo asumes ese hecho luego de casi un año?

Renuncié antes que tomara posesión la nueva administración. Cuando me invitaron a formar parte de la fundación nunca me preguntaron cuál era mi tendencia política. Fui jefe de la Oficina de Difusión, Promoción y Atención al Ciudadano por nueve años, y tenía a mi cargo a un equipo de jóvenes muy talentosos -gaiteros y a su vez comunicadores sociales- con muchos deseos de aprender y experimentar nuevos retos.

En Fundagraez conocí el verdadero rostro de los gaiteros y gaiteras de mi estado. Sus necesidades, frustraciones, proyectos y anhelos. Es un gremio que estuvo desasistido por muchos años. Nosotros en todo ese tiempo apoyamos a muchísimos de ellos, pero por supuesto no a todos. Brindamos atención médica a enfermos; se asignó apoyo económico a viudas de añejos gaiteros; se aprobaron becas de estudio a niños y jóvenes que quedaron sin el sostén del hogar; se cubrieron costos de sepelios de cultores cuyas familias no contaban con los recursos necesarios; se aprobaron becas de educación superior a gaiteros activos; se financiaron cirugías, tratamientos de radio y quimioterapias, se promovieron las escuelas de cuatro; se incentivó la puesta en escena de festivales; encuentros y tertulias sobre las diferentes expresiones musicales de la región y se rindió reconocimiento a varios artistas.

Nuestros promotores culturales recorrieron todos los municipios del estado. En el presente no sé realmente a qué se dedican los pocos que quedaron. Sé que excluyeron a más de 150 personas. Es una lástima. Como propuesta inédita tuvo sus fallas, pero más fueron sus aciertos. Luego de casi un año seguimos a la espera que el Gobierno regional se pronuncie y nos cancele las prestaciones sociales que por ley y por derecho nos corresponde.

- Otro momento significativo para ti –y digno de ser recordado- fue el cierre de Zuliana 102 FM, emisora en la cual estuviste durante 13 años. ¿Temes por tu futuro profesional tras episodios como éste?

Sigo creyendo que el cierre de Zuliana 102 se debió a la transmisión del programa “Aló Ciudadano” y sí, siento temor de que se repita la historia con una nueva excusa. En el presente, opinar distinto a los voceros del gobierno de turno es ser enemigo del país.

  • Entrevista publicada el 01/06/2014 en Entre Socios:

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