Gladys Vera siempre reina serás


Al conmemorarse, este 14 de septiembre, el primer año de la ausencia física de Gladys Mercedes Vera Mora, la “Sempiterna reina de la gaita”, quise compartir con ustedes el sentir de algunos de sus afectos más cercanos. 

Por su puesto es importante recordar que la historia de nuestra entrañable amiga comenzó el día de su nacimiento, el 4 de julio de 1949, en la avenida Bella Vista de Maracaibo, muy cerca de La Hoyada, enorme excavación en forma de jagüey que sirvió de depósito de agua al antiguo acueducto de la ciudad.

No tenía Gladys ni siquiera 15 años cuando en compañía de sus dos hermanos emprendió lo que fue un vínculo imborrable con la gaita. Primero como furrera en los conjuntos “Santa Canoita” y “Santanita” y luego como cantante.

“A pesar de su condición de mujer, Gladys, se sintió atraída por el Furro. Instrumento que por cierto tocaba muy bien con la mano izquierda. Oswaldo cantaba, componía y tocaba cuatro y yo cantaba las gaitas que los tres escuchábamos y nos aprendíamos de los Lp” evoca Miguel, desde su habitación en la casa materna, en la urbanización El Naranjal.

Suspira un poco y al rato, ya más sereno, Miguel Mora, hermano mayor de Gladys, la extraña con visible ternura. Nos relata anécdotas vividas durante fechas especiales compartidas en el hogar de Doña Margarita, mamá de los muchachos: 

“Equilibrada, siempre dispuesta y detallista. Disfrutaba cocinar para la familia. En los cumpleaños era la encargada de sorprendernos con la torta y cantarnos el cumpleaños. En octubre comenzaba a decorar la casa. El arbolito que mi hermana adornaba era esplendoroso, un reflejo de ella misma. Todo delicadamente seleccionado con buen gusto y en perfecta combinación. La mesa de navidad y de fin de año era hermosamente preparada por Gladys”.


Quienes la conocimos sabemos que era una mujer estricta, precisa y exigente en el cumplimiento de las responsabilidades que los demás asumían. A pesar de las dificultades con su salud y las decepciones sentimentales y profesionales siguió adelante. A la adversidad la combatió con sonrisas. Me atrevería a decir que las sonrisas eran casi una condición intrínseca a su rostro. 

Otra persona muy importante en la vida de Gladys Vera fue Marina Salas. Tal vez el destino, la intuición femenina de ambas o la necesidad de contar con una aliada de su mismo género, pero al poco tiempo de conocerse, estas mujeres se convirtieron en hermanas y confidentes.

“Conocí a Gladys en los años setenta, pero fue en la temporada gaitera de 1980, cuando fue designada madrina de la 1era producción del conjunto “La Universidad de la gaita” que comenzamos a cultivar una amistad, tan sincera y sólida, que duró hasta el día de su muerte. Gladys fue como otra hermana para mí. Ella marcó mi vida, la de mis hijas y la de mi nieto. Nunca la olvidaré”.

Rememora con cariño las amenas tertulias que a diario protagonizaban: 

“Conversábamos sobre su salud; su rol en la gaita; sobre nuestros problemas, angustias, alegrías y hasta rezábamos por el bienestar de nuestras familias. Gladys fue una mujer de fe. Honraba a Dios, pero con un amor muy profundo, veneraba a la virgen María, a quien nos encomendaba en sus oraciones y cánticos. Fue mi comadre de sacramento desde que bautizó a mi hija Johanna. Gladys era una mujer amorosa, dulce, cariñosa. Se daba a los demás con un trato sincero”.


Fernando Calzadilla, su segundo esposo, fue como el caballero de la dulcinea de la gaita; el gran amor de su vida, acompañante, representante artístico, amigo y enfermero de cabecera. Al casarse con Gladys, Fernando asumió el papel que antes, de mozos, tuvieron sus hermanos Miguel y Oswaldo. La atendía celosamente para que nadie le hiciera daño.

“Yo también fui su fan. La admiraba como artista, como mujer, como hija, la cuidé porque fue una esposa maravillosa. Solía reír a carcajadas. Era muy simpática y ocurrente. Agradezco a Dios por haberme puesto en su camino aquel día en el Hospital Militar de Caracas y desde entonces ser parte de su historia. Su amor me fortalece y me acompañará hasta el último de mis días aquí. Sé que nos volveremos a ver. Simplemente nos dimos un hasta luego”.

El compositor, cantante y director musical del Gran Coquivacoa, Abdénago “Neguito” Borjas, fue co-responsable de muchos de los éxitos discográficos de Gladys Vera. Así se expresa de la gran dama con quien compartió gratos momentos: 

“Gladys representa lo fino, lo dulce y sonoro de nuestra gaita. Ella vistió a la gaita con el amor de ese pueblo que la llevará por siempre en su corazón y la eternizará en el podium de los inolvidables. La voz de Gladys floreció para la gaita. Creo que Dios le encomendó como misión cantar para alegrarse y para alegrarnos la vida a los demás. Hasta ahora ha sido la cantante a la que más composiciones le di y todas fueron éxitos. Las cantó con suprema emoción, con el alma”.

Foto cortesía: Diario Panorama

Gladys Vera, una prodigiosa cantante, una maracaibera de carne y hueso; nacida en el seno de una familia sencilla, sin la presencia del padre, rol que desempeñó su madre al lado de Miguel, el hijo mayor, que trabajó como un hombre grande sin serlo para que sus hermanos pudieran ir a la escuela. 

El paso de Gladys Mercedes entre nosotros no fue en vano. Cada quien tendrá alguna anécdota que compartir y tal vez no todas sean placenteras porque justamente de eso se trata la vida. Altos y bajos que nos van ayudando a madurar y nos van señalando el camino. 

Su voz cautivadora seguirá volando al compás del viento marcada por el ritmo del glorioso conjunto Santanita, Cardenales del éxito, Maragaita, Birimbao, Los Colosales de Ricardo Cepeda, Los compadres del éxito, Proyecto gaita, Los Chiquinquireños y otros más que en este momento escapan a mi memoria. 

Yo atesoraré sus sabios consejos y sublimes oraciones, esas que compartía conmigo durante sus llamadas matutinas a la cabina de radio o a mi casa en horas de la tarde-noche y claro que jamás olvidaré el sitial que ocupa en la gaita… Gladys Vera, siempre reina serás.

Comentarios

  1. Gracias tía Moraima por tan hermoso reportaje, lleno de mucho sentimiento y mis lagrimas no las he podido contener, gracias por todo ese amor hacia Gladys y nuestra familia. TQM

    ResponderEliminar
  2. Gracias a Ustedes Miguel por permitirnos ser parte de la vida de Gladys y de tu familia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A 26 años de La Gaita Antañona

Endri Méndez exalta la zulianía

Enrique Gotera sigue siendo el fabuloso de la gaita