Las huellas del tío Heriberto


Que triste ha comenzado el dos mil diecisiete. Quedó frustrado mi deseo de ver recuperado y de regreso en Maracaibo a un querido y respetado zuliano. 

La mañana de hoy, miércoles 11 de enero, recibí la triste noticia del fallecimiento en los Estados Unidos del tío Heriberto Molina Vílchez, como cariñosamente siempre me referí a él. 

Un hombre de profundo arraigo; trato cordial, sencillo y dicharachero; generoso, dado siempre a sus hijos, familia y amigos. Vivió aferrado a sus creencias religiosas, tradiciones patrimoniales y a la música de su tierra. He allí el origen de su historia.


Desde muy joven se dedicó a escribir valses, décimas, danzas, aguinaldos, gaitas y hasta guarachas. Sus líneas evocan pinceladas del Maracaibo en el que vivió desde niño.

Su convivencia con parroquianos, andanzas de mozo por las calles de El Saladillo, El Empedrao y otros rincones de la región fueron nutriendo su obra. La “zurda de oro”, fiel confidente y amiga, le permitió escribir versos que relatan la idiosincrasia del pueblo zuliano.

Dedicó inspiraciones a Chiquinquirá, al amor y a la desilusión, a la familia y la vida; personajes y sitios emblemáticos de nuestro estado; evocó fiestas populares y desarrolló letras de contenido social.

Sus trazos fueron musicalizados por fraternales amigos como Astolfo Romero, Renato Aguirre González, Humberto “Mamaota” Rodríguez, Jorge Luis Chacín, Ricardo Hernández, Elías Hernández, Neguito Borjas, Germán Ávila Jr., Sundín Galué, Astolfo David Romero, Jesús Morillo, José Castillo, su hijo Fernando Molina, entre otros.


La chispa, condición humorística y de repentista del tío Heriberto, la descubrimos en su labor como escritor y guionista de espacios radiales, televisivos y como creativo-publicista. 

Heriberto cumplió funciones como presidente de la Fundación Ricardo Aguirre, fue colaborador del Instituto Municipal de la gaita (IMGRA) e integrante del Consejo Consultivo de la Fundación para la Academia de la gaita Ricardo Aguirre del estado Zulia (Fundagraez).

Las huellas del tío Heriberto nunca pasarán inadvertidas, cada pieza por él firmada será siempre una marca distintiva: Rosas sobre tu sien, Así es la vida, La creación, Dios lo quiso así, Mi mundo cambio, Quiero ser soltero, El vendedor de flores, Mi tierra, El frío ducto, La radio, Virgen guaquera, Anuncios clasificados, En casa se larga el forro, Navidad vacía, Señora del amor, Margarita vice, Nuestra locura, Al abuelo, Caracas, La vida continua, Noviazgo en noche buena, Parranda en navidad, La otra aurora, Me voy a robar la Virgen, Romance Saladillero, Las cuentas de mi conciencia, Caldera y Yo, Bella Margarita, La mabita, Las plañideras, Lamento de un barriada, Sabor zuliano, Estampas parroquianas, Huellas, La tienda del parroquiano, El tobogán, A bailar con Billos, Cuando nace el Niño, Pueblo hospitalario, La gaita en retreta, Nocturnal lacustre, Calle derecha, Isla de Toas, Mi valija, Amor viejo, Barriada Chiquinquireña, Inolvidable, Rimas del Coquivacoa, Ella eligió el Saladillo, La gaita como estandarte, entre otros.


En nombre de todo el Zulia, me permito hacer público un inmenso agradecimiento a la providencia, por habernos dado la gracia de crecer con los sabios consejos del tío Heriberto. De ningún modo olvidaré tantas anécdotas junto a él vividas, sus regaños y enseñanzas y al menos yo asumo el compromiso de compartir sus inspiraciones con los más chicos de la casa.

Descansa en paz. Ya es libre de angustias y dolencias. 

Que retumben hasta el cielo sus gaitas y desde esta noche que brille en el firmamento su estrella. 

“Propaga con tu tesón
La luz de tu buena estrella
Que vivir dejando huellas
Fortalece el corazón
Logra la satisfacción
En cada paso que des
Y tendrás siempre a tus pies
El aplauso y la razón”
Heriberto Molina Vílchez

Comentarios

  1. La Valija ahora la escucho y lloro me encanta la versión de Gustavo Aguado

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